24 de febrero de 2020 

EN LAS NUBES 

Qué nos hace tan humanos 

Carlos Ravelo Galindo, afirma: 

Don Salvador Estrada Castro alzamos la voz y repudio al atentado que lamentable cometieron en tu contra. Y nos dio a conocer José Antonio Aspiros, gran colega. Los que hemos pasado por tal situación, aterrorizados, sabemos tal pena.

Nuestro saludo solidario. Y un abrazo de hermano. Yo CRG.

Disfrutamos, a cabalidad, la lectura que nos permitió entender algo de lo mucho que ignoramos.

Dos adultos de un centro para personas mayores bebían limonada en el porche cuando uno le dice al otro:

 “Tengo 90 años e incluso mis dolores tienen dolores. Tú ya debes estar cerca de mi edad. 

¿Cómo te sientes?”

 “Nuevo, como un bebé”.

“¡En serio! ¿nuevo como un bebé?

“Sí como un bebé, sin dientes, sin pelo y con los pañales mojados”.

 El lenguaje, la memoria, las emociones y la percepción son algunos elementos que moldean la conducta, lo que nos convierte en seres sociales. 

Compartimos con los animales nos guste o no, la mayoría de nuestros genes y en la formación cerebral, siempre se encuentran diferencias. 

El sistema límbico, es instintivo en las especies, es el que nos alerta de los peligros, lo que nos mantiene vivos, es el que compartimos de la evolución de las especies.

La comunicación verbal y la no verbal se expresa de diferentes maneras en las distintas especies.

 Lo que nos diferencia con los animales es que solo los humanos tenemos la capacidad plasmar y expresar de diferentes formas las emociones, los sueños y de comunicar nuestras historias personales.

En la actualidad, Michael S. Gazzinaga es considerado el padre de la neurociencia cognitiva gracias a sus investigaciones. 

Esta disciplina científica se encarga de estudiar las relaciones que se dan entre el sistema nervioso y los procesos para integrar y procesar la información que recibe el cerebro todo el tiempo.

 La mayor parte de las actividades de los humanos se relacionan con antecedentes de otros animales. 

Para aquellos que niegan la teoría de la evolución, lo que somos hoy son antecedentes de los primates.

Los animales, los que tenemos como mascotas en las casas se han domesticado al grado de parecerse a sus dueños. 

Muchos dicen de las mascotas que solo les falta hablar. No es necesario, lo que nos falta es interpretar lo que nos quieren decir.

La homeópata y escritora Rosa Chávez Cárdenas nos lo explica.

Una mascota en la casa es una buena compañía, con la condición de que haga empatía con el humano.

 Hay personas tan obsesivas con la limpieza que un perro o un gato no son lo más indicado.

Tenemos que revisar algunas cosas en las que creemos, como nuestra memoria traicionera, es capaz de inventar historias tan sólo para dotar de sentido el caos que es a veces la realidad.

Hay dos maneras de conocer nuestro inconsciente a través de los sueños y de las proyecciones:

 Lo que nos choca nos checa”. 

Los sueños es difícil identificar, solo en terapia con profesionales. 

“Hace unos días a mi gato se le habían terminado las croquetas, ya está tan condicionado a tener croquetas en su plato que, cuando le faltan, se pone ansioso.

 Esperó a que bajara a la cocina, con lenguaje no verbal iba de un lado a otro, como no le entendí, se subió a la mesa y con maullido diferente a lo habitual me pedía su comida. 

Luego bajó de la mesa y me señaló su plato. Me quedé sorprendida. Por la noche me acompaña y no sube hasta que terminó de lavar los platos, en ocasiones, cuando pasa más tiempo de lo habitual se acerca a la escalera y parece que me dice: “apresúrate, ya es tarde”.

El maullido no es la única forma en que los felinos nos “hablan”. También ronronean, bufan, gruñen, incluso lanzan llamadas sexuales, todo forma parte del vocabulario que emplean para comunicarse. 

Los gatos han conseguido conectar con nuestro medio de comunicación, el verbal. 

Para los que dudan, la secuencia del ADN, las letras son como el chip para construir a un ser vivo, coinciden en un 60% con una mosca; en un 95% con un simio, y con un chimpancé el grado de identidad es cercano al 99%.

La paleontología, ciencia que estudia los seres orgánicos que habitaron la Tierra en épocas pasadas y cuyos restos se encuentran como fósiles, afirma que de todas las especies de Homo que han existido solo queda la nuestra.

Pero también ninguna otra especie tiene la capacidad de mentir, robar, engañar, asesinar, agredir y destruir que tiene la nuestra, capacidades que hemos ejercitado ampliamente a lo largo de la Historia.

 Los chimpancés tienen guerras y cometen infanticidios y agresiones brutales, pero es triste darnos cuenta que nos hemos vuelto más violentos. 

Somos una especie capaz de lo mejor y lo peor.

De hecho, los comportamientos que cometemos, pero nos repugnan los denominamos “inhumanos”, como si fueran incomprensibles, extraños a nosotros, ajenos a nuestra verdadera naturaleza.

No tenemos el cerebro más grande del mundo natural. 

La conciencia moral también nos diferencia de los animales. 

El sentimiento de culpa es el que nos regula de acuerdo a lo que hacemos mal y de cuando actuamos injustamente. Lo que parece claro es que nuestras peculiaridades más determinantes, las características más humanas, parecen ser más cuantitativas que cualitativas. 

En las patologías mentales como las psicosis, se pierde el sentimiento de culpa, por esta razón son capaces de matar con crueldad y sin remordimiento.

La doctora Rosa Chávez Cárdenas es psicóloga, homeópata y terapeuta.

Contáctala: www.rosachavez.com.mx rosamchavez@hotmail.com

         craveloygalindo@gmail.com