22 de enero de 2018

EN LAS NUBES

Esos griegos (Uno de dos)

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Hablar de cultura, nos permite acrecentar la nuestra. Y percibir mejores opciones para administrarla.                                                                                        Coincide con nosotros el médico Fernando Calderón Ramírez de Aguilar quien contribuye con su experiencia.

Nos dice que, por ejemplo, en  la  literatura griega y su contexto geográfico e histórico-social se observan mejor durante el florecimiento de la civilización egea en Creta y más tarde en Micenas y Troya, misma que se basaba en el comercio marítimo.

Hacia el año 1200 a.C., esta brillante civilización fue invadida por los dorios, con lo que necesariamente se produjeron intensas relaciones entre los invasores y los habitantes autóctonos.

De esta afortunada mezcla vinieron los griegos.

El medio geográfico, es decir, el hecho de que la antigua Hélade esté cruzada por montañas en todas direcciones, contribuyó para que los griegos no se unieran, sino que se distribuyeran en ciudades, cada una de las cuales era un pequeño Estado autónomo con sus leyes, gobierno, ejército y recursos propios.                                                                    A estas entidades se les llamaba ciudades-estado.

Las dos ciudades-estado más importantes fueron Atenas y Esparta.                                                                                                            Algunas de estas ciudades estaban cerca de una colina fortificada que recibía el nombre de Acrópolis y en la cual estaban los grandes templos.

La población de los estados griegos estaba dividida en nobles, esclavos y trabajadores libres. Sólo los primeros participaban en el gobierno del estado.

En Atenas (siglos VI y V a.C.), además del gobernante principal, estaban el arcontado que se componía de nueve magistrados que tenían función de administración y justicia. Los estrategas que eran diez magistrados que preparaban y dirigían el ejército.

El senado o consejo de los quinientos que se encargaba de la preparación de leyes presentadas a la asamblea popular.

El tribunal de los heliastas, también llamado tribunal popular, formado por cinco mil jueces.                                                                                            El areópago, integrado por los arcontes cesantes distinguidos en el ejercicio de su cargo, se encargaba de todo lo concerniente a la religión y a las buenas costumbres y también intervenía en los casos de asesinato premeditado.

Y la asamblea popular el órgano más trascendente e importante hacia las leyes,  nombraba y vigilaba a los magistrados. Podían concurrir los atenienses mayores de 18 años.

La cultura y civilización de la Grecia clásica están consideradas por la historia como el milagro griego. Su literatura aparece perfecta desde su nacimiento. La lengua helénica también nació perfecta,  dotada de una riqueza, flexibilidad y armonía que, según las leyes ordinarias del desarrollo de las lenguas, habría necesitado miles de años para llegar a ser como es.

La lengua griega tiene cuatro dialectos principales: el jónico, el eólico, el ático y el dórico.                                                                                                En el jónico tuvo su máximo esplendor la épica. En el dórico la oda. En el eólico el género erótico y anacreóntico que es una poesía que trata delicadamente los placeres del amor, del vino u otros análogos.                                                                                                                        El neo jónico y el ático se dedicaron a la elegía, composición poética del género lírico en la que se lamenta la muerte de una persona u otra desgracia sin forma métrica fija. A la sátira, composición literaria en prosa o en verso en donde se critican agudamente las costumbres o vicios de alguien con intención moralizadora, lúdica o meramente burlesca, el drama, y la prosa.

Hay un tema obligado para la mejor comprensión de la literatura clásica. La mitología. Su nombre proviene del griego mythos (fábula), y se refiere al conjunto de consejas de un pueblo asociadas con creencias religiosas. Por lo general, la mitología tiene tres tipos de relatos: los mitos, las leyendas y los cuentos populares.

Los mitos intentan explicar un fenómeno natural o una práctica de la sociedad. Explicar la salida del sol, los griegos imaginaron el mito de un cochero que, sumergiéndose en el océano por la noche, transportaba en una barca un tiro de flameantes caballos hacia el otro lado de la Tierra.                                                                                                          Aun cuando sus detalles son ficticios, las leyendas tienen cierta base histórica y pretenden conservar la memoria de un suceso que brilló por su notoriedad.                                                     .

Los seres primitivos son aquellos a  los que se pretende representar la explicación de los fenómenos de la Naturaleza. Así, surgen el Caos (los que no tiene forma) que es el principio de todas las cosas:  Nyx   (la noche) y Erebo (la obscuridad).  Gea, la Madre Tierra (Tellus en su versión latina).  Urano, hijo y esposos de Gea. Némesis (el hado); Hemera (el día). Éter (la parte superior y pura de la atmósfera),  y las Moiras (parcas) personificaciones del destino que provienen de la unión de Nyx con Erebo.                                                          Las Moiras nacieron de la unión de Zeus con la titanesa Themis, madre también de las Horas (las estaciones).

De la unión de Urano con Gea provienen los primeros titanes: Metis (la buena consejera), madre de Atenea.  Japeto, líder de la rebelión contra Zeus.  Mnemosine, diosa de la memoria y madre de las musas.  Cronos, jefe de los titanes que obtuvo su poder castrando a su padre.  Urano, que al casar con su germana Rea, originó a los dioses del Olimpo encabezados por Zeus quien, a su vez, lo destronó. Rea, una diosa de la Tierra.  Hiperión, el viajero o vagabundo en las alturas.  Océano, un río corriente marina que rodea la tierra.  Tetis (la nodriza), madre primitiva del mar.  Temis, guardiana de la justicia y el orden  y Febe (la resplandeciente), una diosa de la Luna.

Titanes descendientes provenientes de Japeto y de la ninfa Climene: Atlas (el que sostiene el cielo).  Prometeo (el que piensa antes), trajo el fuego a la humanidad).  Epimeteo (el que piensa después), esposo de Pandora, la primera mujer.

Provenientes de Hiperión y de la titanesa Teia: Helios (el sol).  Selene (la luna) y Eos (la aurora).                                                                    Proveniente de la unión de Océano y de Tetis: Dione (la madre de Afrodita).                                                                                                 Provenientes de Febe y del titán Coeo: Leto (madre de Apolo y de Artemisa) y Hecate (diosa de la magia y de la brujería) que tenía cabeza de yegua, perra y leona).                                                                                  Mañana, el resto.

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